5 minutos
Sean
bienvenidos a nuestro espectáculo, son las palabras del anunciador que nadie
podía ver, que hablaba hacia la gente que entra al teatro; el público aplaude y
sin saber porqué, es por cortesía cuando alguien se para en el escenario, así
que todos aplauden.
- Están a punto de presenciar
el espectáculo más grande del mundo, sus ojos no han visto y no verán nada más
extraordinario de lo que presentaremos a continuación.
Vaya
amenaza, el telón está cerrado y el público no sabe qué espera. A continuación,
saben que algo extraño está por suceder, ya que fueron invitados gratis por un
anónimo, el teatro está cerrado como si lo hubieran cerrado desde afuera, como
que los organizadores no quisieran que el resto del mundo supiese lo que pasa
adentro de este, como si quisiese que no se estén haciendo un espectáculo, qué
clase de gente desearía hacer eso o que clase de gente fue invitada para que
ocurra esto. El telón se abre, pero no se ve nada, de hecho nadie ve nada, con
mucho trabajo se logran ver unos a otros, solo esa gran cortina roja se podía
distinguir, pero ahora no está, el público está nervioso, algunos buscan la
forma más discreta de salir, pero están en la oscuridad y en el máximo silencio
del lugar, que tratar de salir sería todo un escándalo, y además que tal si
esta gente es realmente importante y solo yo recibí la invitación por sorteo o
error se pregunta la gente, ya que NADIE pagó su entrada y todos recibieron 1
boleto y de forma anónima. El vacío y el silencio se hacen eternos, algunos tosen
para romper el silencio y otros están realmente asustados, pero todos tienen
miedo de hacer movimientos o sonidos drásticos.
Un
hombre en la segunda fila siente que no puede más, es un hombre gordo y calvo,
trae un suéter tejido a mano y usa unos enormes lentes que hacen ver unos
diminutos ojos que se mueven de izquierda a derecha de manera nerviosa,
comienza a sudar y su corazón empieza a latir muy rápido, como si este quisiese
salir y a echarse a correr. La angustia y la incertidumbre lo empezaba a
enloquecer cuando algo comienza a distinguirse en el escenario, es como si un
ciego recuperará la vista, se ven unos bosquejos de luz que van tomando forma y
el público nota que se aparece poco a poco un reloj digital enorme que está
corriendo. El reloj marca 00:57 sg, 00.58sg, 0.59 sg, 01.00 minuto. El público
se percató que estaban ahí 57 segundos, la gente estaba apenada, recién pasó 1
minuto y ya se estaban volviendo locos en completa oscuridad. El reloj se apaga
y comienzan a encenderse luces rojas sobre el escenario, pero no hay nada allí,
sino sólo luces blancas que apuntaba a los espectadores y ahora la gente se
tapa los ojos por tanta luz, son tantas luces que no se sabe con exactitud de
dónde vienen y cuando más preocupados están en su vista, el silencio se rompe
con un sonido muy parecido al de un silbido, casi inaudible, pero todos lo perciben,
es un sonido que pareciera rodearlos, es como si girará alrededor de ellos. Algunos
piensan, que buen sistema de audio, pero el asombro les dura poco, ya que el silbido
comienza aumentar su volumen, el público dice que ya es suficiente y que ya es
hora de que el Maldito espectáculo empiece y se dejen de juegos, pero el sonido
no para, se hace cada vez más intenso, todos cubren sus oídos, pero no
funciona, la gente comienza a gritar, piden que se detenga, pero se dan cuenta
que no pueden oírse a sí mismos y a los demás, el silbido lo abarca todo. Un
joven de las últimas filas trata de buscar donde están los parlantes, los demás
no están muy seguros de lo que trata de hacer, de que le servirá encontrar el parlante
si no puede alcanzarlo. Pero su esfuerzo es en vano, entonces decide pararse
para buscar la puerta, pero en la parte trasera también hay luces apuntándolos
y no puede ver nada a su alrededor, lo único poco visible era el techo donde
buscaba los parlantes, el joven entra en llanto desconsolado y la gente entra
en pánico, comienzan a correr y buscar una salida, pero no hay forma de salir,
esta completamente cerrado el lugar, así que deciden escapar por el escenario. La
primera en intentarlo es una mujer de mediana edad, corre con todas sus fuerza
al escenario, pero de repente se detiene y cae inconsciente al piso y los demás
no pueden creer lo que ven, la mujer muerta con la cara destrozada y su sangre
parece flotar, algunos de los presentes se caen desmayados de la impresión, los
demás en shock, hasta que se acerca un hombre de la última fila y quiere tocar
la sangre que flota en el aire, para descubrir una enorme pared de cristal
frente a ellos la cual los separa del escenario. Es tan inmensa y clara que no
la habían notado antes, las luces que dan vueltas por el lugar y el silbido no
se han detenido, así que nadie puede comunicarse, como si fuera un salón de
ciegos, sordos y mudos, la desesperación es alucinante, la gente comienza a
golpear lo que tiene al frente, sea pared, butaca u otra persona y cuando los
golpes no son suficientes, comienzan las mordidas, los jalones de cabellos, las
mujeres se quitan los tacones y apuñalan a todo lo que tengan al frente, en cabezas,
espalda, ojos, etc., los hombres se sacan los cinturones, zapatos y las llaves
y lo lanzan a todo lo que se mueve. Ahora notaron que no solo predomina el
color blanco de las luces y el negro del techo, sino también destellos rojos y
poco a poco notan que ya no es tan fuerte el silbido, pero sigue allí. Después
de unos segundos, justo cuándo la carnicería está en su máximo apogeo, la
intensidad de las luces y el sonido van desvaneciendo y todo se vuelve
tinieblas, pero ahora pueden oír sus propios gritos y lamentos de los heridos y
en el momento menos pensado, las luces naturales del teatro se encienden y
todos pueden ver el teatro cubierto de sangre, los cuerpos mutilados por ellos
mismo, la sangre que escurre por sus heridas, el horror que presencian. Sólo
puede recordar las palabras del anunciador: "SUS OJOS NUNCA HAN VISTO Y NI
VERÁN ALGO MÁS EXTRAORDINARIO QUE LO QUE PRESENTAREMOS A CONTINUACIÓN". Era
verdad y el reloj digital reaparece en el escenario, marca 04.57 sg y después
58, 59 y 05.00 minutos. Del otro lado del cristal se levanta una multitud de
gente bien vestidos y aplauden con una gran ovación por el espectáculo que les
habían prometido, por el cual habían pagado una alta suma de dinero. El telón
se cierra para ambos lados, los espectadores comienzan a salir por su parte del
teatro tranquilamente, para lo cual había una gran alfombra roja con
reflectores y una gran marquesina con el nombre del espectáculo que
presenciaron hoy: "5 minutos".
Ickis
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